¿En qué consiste la Evaluación Inicial del paciente?
La evaluación inicial de un accidentado consiste en realizar una valoración global de su estado, con el objetivo de determinar el alcance de sus lesiones, para establecer las prioridades de actuación y adoptar las medidas necesarias en cada caso.
- Tiene como objetivo identificar aquellas situaciones que puedan suponer una amenaza inmediata para la vida del accidentado.
- Valorar el estado de consciencia con estímulos auditivos o táctiles.
- Explorar la respiración (ver y escuchar).
- Explorar la circulación de la sangre mediante el pulso carotídeo.
- Valorar la existencia de hemorragias severas, para pararlas de inmediato.
- Tranquilizar al accidentado y mantenerlo informado de nuestras intenciones y maniobras.
- Valorar el mecanismo del accidente.
- Explorar ordenadamente desde la cabeza hasta los pies.
· Cabeza:
- Heridas o contusiones debajo del cabello y la cara.
- Epistaxis y otorragia.
- Lesiones en los ojos o en sus alrededores.
- Aspecto de la cara.
· Cuello:
- Tratarlo con mucho cuidado.
- Si se tiene que mover la víctima, mantener el eje cabeza-cuello-tronco como si fuera un bloque rígido.
- Valorar el pulso carotídeo.
- Aflojar las prendas de ropa ajustadas.
· Tórax:
- Buscar la presencia de heridas o deformaciones.
- Valorar los movimientos respiratorios.
· Abdomen:
- Buscar la existencia de heridas.
- Localizar el dolor si existe.
- Notar si está duro o depresible.
- Pensar en la posibilidad de lesiones internas.
· Extremidades:
- Mover lo mínimo posible.
- Comparar ambos miembros.
- Buscar heridas, puntos sangrantes, deformaciones, inflamación, etc.
- Explorar la sensibilidad y el movimiento para descartar lesión de la médula espinal.
· Espalda:
- Sospechar fracturas vertebrales y/o lesión medular según el mecanismo del accidente.